lunes, enero 21, 2008

La Esencia de la Espiritualidad

(Para leer este post es imprescindible que hayan leido el anterior, ya que es su continuación)


.....Y entonces, ¿qué estaba pasando por la mente de nuestro Maestro cuando imaginaba la marca que distinguiría a sus discípulos?

La respuesta puede sonar repetitiva, lógica, carente de originalidad y hasta utópica, pero es la que ha sido desde el inicio: AMOR.
Y no un amor cualquiera, sino aquel que nos mueve a ayudar a las personas que se encuentran mal. Porque fácil sería decir “yo amo a Dios porque trato de no pecar”, sin embargo el concepto de amor que nuestro Maestro plantea va más allá de nosotros, y tiene que ver con nuestro prójimo, con un cercano sufriente, con una persona necesitada en alguna de las áreas de su vida.

Esta es la marca que Jesús nos deja entrever cuando habla sobre aquellos de los que el Padre hará distinción. Ahora bien, asumo que la mayoría tenemos claro que la salvación no la obtenemos por obras, sino por la gracia de Dios y nuestra fe en el sacrificio redentor de Jesús, entonces… ¿será que este pasaje plantea la idea opuesta, es decir, la salvación por obras?
De ninguna manera!!! Ya que el mensaje de las sagradas escrituras es único y no se contradice, por lo que el verdadero mensaje que Dios nos está ahora injertando en el corazón es que la marca de un cristiano (y su espiritualidad) no SOLO se centra en la búsqueda apasionada de Dios, sino en nuestra acción de ayuda al prójimo.
En otras palabras, una persona que dice amar a Dios no puede dejar de lado algún tipo de ayuda al necesitado y esto, amigos míos, es lo que distingue a una persona que realmente dice amar a Dios de aquella que todavía no le conoce bien.

Todavía me falta comentar algo: NO ESTOY EN CONTRA DE NINGÚN TIPO DE MANIFESTACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO (siempre y cuando sea de Él). Esto lo aclaro porque el mensaje del que Dios me ha inspirado a hablar pareciera ser uno que deja mal parados a todos aquellos que se esfuerzan por cantar con sinceridad y pasión, o también a quienes se esmeran por orar y desarrollar una genuina intimidad con Dios. Ni lo uno ni lo otro son malos!!! Sino que, la conclusión a la que Dios me permite llegar, es que ambos tipos de búsqueda anteriormente mencionados no desarrollan para nada nuestra espiritualidad si no se ven acompañados de alguna acción en la que ayudemos a nuestro prójimo.

DTB!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

2 comentarios:

David Menares dijo...

Muy buen punto el que tratas amigo... El mensaje central siempre se basa en ese "amarás al Señor con todo tu corazón, fuerzas y mente, y a tu prójimo como a ti mismo". Estoy seguro que el mismo amor que nos impulsa hacia Dios tb nos hace sentir el impulso de ayudar a otros.

Dios te bendiga!

Belén dijo...

gracias, como siempre! :), ¿en qué conocerá el mundo el amor del Padre? en el amor entre nosotros (personas, no sólo cristianos)
;)