domingo, enero 04, 2009

con la electroacústica ... (II)

(Esto es una continuación de la nota anterior...)


...pero era diametralmente opuesto lo que sentía por dentro, algo tenía que pasar... sucede que días antes Dios me había hablado que haría algo especial en el culto, y varios de los chicos del grupo de música nos unimos orando y ayunando para pedir a Dios que obrara como Él quisiera. La verdad, lo sentía y lo creía... pero jamás lo vi venir.

De la nada el Esteban decidió aperrar con la batería, y el Rorro NO FUE A SU IGLESIA y se quedó para tocar el teclado. Esto fue tan improvisado que mientras ya había empezado el culto, con el Rorro repasábamos los acordes de los temas que tocaríamos.

Luego el grupo era: Esteban en la bata, Rorro al teclado, Sole y Pancha en voces, y yo con la Electroacústica y voz principal... y Dios detrás de cada acorde.

Mas tarde le preguntaría a varios de los asistentes al culto qué fue lo que percibió... ¡porque cuando tocamos parecía que hubiéramos estado ensayando toda la semana! llegábamos bien a los tiempos, las desafinaciones eran mínimas, las canciones precisas...

...y terminamos de tocar, y nuestros rostros eran un claro reflejo de lo sorprendidos que estábamos.

Agregar más descripciones solo arruinaría el vívido recuerdo que Dios selló en mi corazón de aquella experiencia... y la gran lección: aprender a confiar en Él. Si Él dijo que haría algo especial, entonces Él se encargaría de poner a las personas adecuadas,

en el lugar preciso,

en el momento justo,

y con el corazón dispuesto...

...y lo más maravilloso pasa porque esta lección es transversal a la música... involucra TODA la vida del creyente: aprender a confiar en Dios.