lunes, octubre 19, 2009

de una Amiga

Esta es una reflexión de una muy querida amiga que publicó hace poco. Espero nos haga reflexionar... aquí va!!!

1 [a] Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña.
Tenía mi amado una viña
en una ladera fértil.[b]

2 La había cercado y despedregado
y plantado de vides escogidas;
había edificado en medio de ella una torre
y había hecho también en ella un lagar;
y esperaba que diera uvas buenas,
pero dio uvas silvestres.

3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén
y varones de Judá,
juzgad[c] entre mí y mi viña.

4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña,
que yo no haya hecho en ella?
¿Cómo, esperando yo que diera uvas buenas,
ha dado uvas silvestres?
[...]

7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos
es la casa de Israel,
y los hombres de Judá,
planta deliciosa suya.
Esperaba juicio,
y hubo vileza;
justicia,
y hubo clamor.[d]

(Isaías 5)



¿Qué hemos hecho?


Hemos hecho nuestro mejor intento por cultivar nuestra viña.

Hemos levantado cercos, bien estructurados.

Despedregamos la tierra, dejando algunos heridos.

Plantamos vides escogidas estrategicamente y nos sorprendimos cuando no dieron fruto, entonces buscamos otra estrategia.

Edificamos en medio de ella una torre, que exaltó nuestro nombre.
Sí! Nos hicimos un nombre!

E hicimos un lagar, donde dejamos fermentar nuestras intenciones.

Y esperamos que nuestras viñas diesen uvas.

y cuando brotaron, nos conformamos con las uvas silvestres,
porque no supimos distinguir.

¡Qué hemos hecho!

Iglesia, qué hemos hecho.

lunes, octubre 12, 2009

Enfocado

Solo quisiera rescatar 2 pequeñas observaciones del partido Chile – Colombia:

1) Minuto 79 y golaso de Orellana. 4-2 casi definitivo y todo el equipo celebrando junto al banco de suplentes… cuando se escucha “sigan igual… SIGAN IGUAL!!!!” Era Bielsa, que gritaba a sus jugadores para que, sin importar lo amarrado que estuviera el partido, no dejaran de jugar bien hasta el último minuto.

2) Minuto 89, tarjeta roja para Orellana por pelearse en el partido. Mientras se arreglaba el “descalabro” de discusiones entre los jugadores, el micrófono ambiental deja escuchar los gritos de Bielsa diciendo: “Suazo… SUAZO!! … ahora vas de Wing izquierdo, WING IZQUIERDO!!...”

Estoy seguro que para muchos estos gritos de Bielsa pasaron inadvertidos, pero a mi (sinceramente) me dejaron perplejo. Obvio, si yo ya casi estaba celebrando junto a los jugadores en la cancha, JAMÁS se me hubiese ocurrido mantener la calma en un momento así, cuando parecía que todo estaba listo… pero Bielsa tenía una actitud muy diferente, estaba ENFOCADO.

Me impresiona que, faltando un par de minutos para el término y con el resultado ya irreversible, Bielsa se preocupe de reordenar a sus jugadores… si se fijan en la repetición (cosa que me dediqué a observar) notarán que el partido no duró más de 30seg.después y el árbitro dio el pitazo final.

Necesito eso en mi vida. Necesito mantenerme enfocado. Necesito poner mi mirada en Dios y por ningún motivo sacarla, aunque aparentemente las cosas anden bien o no haya alguna tentación cerca… porque no es por las tentaciones que miro a Dios… es por Dios mismo, es por quién es Él…
…y por quien soy cuando mi mirada está en Él.

AYUDANOS A PONER NUESTRA MIRADA EN TI, JESÚS.

domingo, octubre 11, 2009

La cruz más Pesada

La cruz más pesada que un cristiano puede cargar no se halla en sufrimientos por la causa de Cristo, martirios o momentos de tentación muy prolongados. Esas son cruces PARA LAS QUE FUIMOS CREADOS. La cruz más pesada que un creyente en Jesús puede cargar es aquella que NO DEBE CARGAR, y lo resumiré en esto: estar lejos de Dios.

Sean pecados groseros, sean pecados simples, sea una vida llena de buenas intenciones sin concretar… no andar como Dios quiere es, definitivamente, lo que más me ha angustiado en la vida.

Vivir lejos de Dios es como el hambre: recién comido se está satisfecho y feliz; pasadas unas horas vuelve la sensación de necesitar alimento, y al no ser satisfecha crece y crece… hasta que el estómago se achica levemente y ya no se siente la necesidad. Y pasadas varias horas vuelve el hambre y se repite el ciclo.

Pero este ciclo no es eterno. Cuando no nos alimentamos pareciera ser que el hambre se va, pero se siente el cuerpo cada vez más débil, cuesta concentrarse, los esfuerzos normales nos agotan más y más… hasta desfallecer.

Con la vida lejos de Jesús ocurre algo similar: al inicio pareciera que no hay necesidad, luego uno se siente mal por no estar con Dios, pero a los días se pasa y seguimos dándole y dándole… sin darnos cuenta que estamos firmando un cheque sin fondos, y que tarde o temprano nos pasará la cuenta. Lo digo porque (lamentablemente) en más de una oportunidad a mí me la pasó.

Si estás en esa situación solo tengo un humilde consejo: DEJA DE SUFRIR TRISTEZAS QUE NO TE CORRESPONDEN Y VUÉLVETE A DIOS!!! Él está esperando por que recuperemos la disciplina de estar con Él y vivirlo cada día.