¿y los vasos con defectos?

Ya había llegado al punto en que sus capacidades no alcanzaban. Acto seguido el jefe comenzó a hacerse cargo personalmente del vaso, que por su tamaño aumentado ya parecía jarra, y a ella le asignaron otro.

Pero grande fue su sorpresa al darse cuenta que este nuevo vaso venía perforado. Irritada por este contratiempo llama a su jefe, y este le comenta que aquel vaso había sido roto en su juventud, por problemas que él había permitido, y su misión era repararlo.

Dura tarea!. Pasó horas y horas en alfarería, pero la rebeldía del material del vaso no le permitía repararlo. Curiosamente eso no le preocupaba mucho, ya que su corazón albergaba un temor aún mayor: si no es reparado pronto, no soportará la carga y se destruirá.

Entristecida, ya sin esperanzas, camina hacia la jarra que usará para vertir el aceite, y ve como el instrumento de tanta felicidad ahora se había convertido en herramienta de destrucción. Pero........

"No todo está peridio, trata una vez más!." Esa fue la frase de su jefe, y sin saber porque decidió volver a la alfarería. Una vez sentada recuerda aquellas enternecedoras palabras que le dijera una vez su hacedor: "Tu misión es forjar los mejores vasos, cuidarlos y repararlos si es necesario. Para eso te creé, esa es tu misión en la vida. Jamás te rindas!"

"Animo!", "No te rindas!", "Tu puedes!" eran los gritos de aliento de sus compañeras, a los cuales atendió con un leve gesto y se concentró en su tarea. "Todo depende de tí, yo ya hice mi parte, ahora porfavor cede y déjame repararte" fue su susurro al vaso antes de iniciar. Derepente el vaso cedió, y pudo rehacerlo reparando la herida!. Un milagro del que todas quedaron boquiabiertas, aplaudiendo luego a la alfarera.

Aún así ella no estaba completamente satisfecha. "No, esto no es el final del problema del vaso, me parece que va más allá...... Creo que es solo el inicio de un proceso arduo de reparaciones, y que lo peor aún no ha llegado......"

Continuará.........