viernes, julio 06, 2007

¡ríndete, renuncia!

Ya antes he comentado acerca de las paradójicas verdades del Reino de Dios, que suelen ser diametralmente opuestas a lo que el mundo enseña.

Lo que me llama a escribir hoy es (Dios…) un consejo que estoy seguro que sonará bastante raro: “Si te sientes esclavo de un vicio o pecado, y te das cuenta que ya no puedes más… ríndete, renuncia!

Creo que tengo tu atención. Sí, tienes razón al pensar que escucharás de cualquier pastor (o cristiano coherente y sensato) que no debes rendirte, que debes seguir luchando porque “el diablo está derrotado” y tarde o temprano la victoria de Jesús triunfará sobre tu vicio. Sin embargo, en las escrituras Jesús aparece con un mensaje completamente diferente.

Es el clásico pasaje de Mateo 16, donde Él nos llama a “negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirle”. Pero hay algo tras estas palabras que antes no veía… y lo graficaré con el siguiente ejemplo:

“Un pequeño de apenas un año de edad aprendía a caminar por el patio de su casa cuando aparece frente a él un imponente Manzano (comprendamos que para él ese Manzano era un verdadero gigante). Curioso, descubre que algo parecido a un juguete redondo y rojo colgaba de una de sus ramas, y se acerca para tomarlo y jugar con él. Pero, cuando alza su manito, se da cuenta que ni parándose sobre su mascota lograría alcanzar su anhelado juguete.

Sin embargo, el pequeño sigue tratando de alcanzarla (sin lograrlo), mientras su Padre lo observa desde el ventanal con una sonrisa en el rostro, preguntándose si su hijo se dará cuenta de qué es lo que debe hacer…”

Es tan probable para nosotros que abandonemos un pecado o vicio, como que ese niño alcance su anhelada manzana. Pero la historia no termina ahí…

“sorpresivamente el pequeño se da media vuelta y corre tras su Padre quien, al ver esta reacción, abandona su café y se acerca a su hijo.

Luego de parar de llorar, el niño le indica al Papá la manzana, pero este en vez de acercarse se aleja de ella…. El pequeño se da vuelta, mostrándole a su padre su tierno ceño fruncido, entre medio confundido y medio enojado.

El Papá lo lleva a dar vueltas, y al corto andar el niño vuelve a sonreír (olvidándose de la manzana), y ríe a carcajadas! Ambos juegan juntos un buen rato… hasta que el pequeño se cansa y se queda dormido en los brazos de su Padre.

Al despertar de su siesta no podía creer lo que veía… frente a Él se encontraba ese objeto redondo y rojo que tanto anhelaba”

Iba a seguir escribiendo, pero Dios me dijo que lo dejara hasta aquí. Si no te ha quedado muy claro ¡no te aflijas!, creo que es porque Él mismo quiere hablar contigo, y mostrarte esta gran verdad… te dejo en Sun manos

DTB!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Jehová-lallevá"

5 comentarios:

Anónimo dijo...

sin palabras...

Joycita

JamesRock7 dijo...

Cierto.

Pensar que quieres la manzana, pero en realidad faltan otras cosas.

Que bendición es darse cuenta de eso.

Ahora bien - cómo suplir esa necesidad inconciente?

Dios puede satisfacerla.

Jajajaj... recuerdo los tiempos cuando escribía en código.

Un día todo será más claro.

Te cuidas!

Romy dijo...

Las lágrimas no pueden evitar asomarse por mis ojos ante tal descripción
creo que has sido lo más claro ... lo has explicado con manzanitas :P
he entendido....
me rendiré y renunciaré
Gracias amigo
Gracias a mi Dios

David Menares dijo...

Dios y su mundo al revés... Qué loco no crees??? Me agrada la locura de Dios =)

Poly dijo...

uy! estaba entrete la historia... quería leer el final jajajajaja pero en fin!, si Dios dijo q no, tendré q esperar q Él mismo me cuente un final especial para mi =)

Gracias por compartir la sabiduría que Dios ha puesto en ti

Un abrazo amigo Guille, DTB! =)

PD: entendí la historia, pero quería seguir leyendo puh! :*


:p