¿Hay un Precio?

"-¿Hay un precio?

Esa pregunta del inocente pequeño gatilló una leve sonrisa en el rostro de su abuelo. Él sabía muy bien la respuesta, pero la cantidad de experiencias acumuladas a lo largo de su vida le impedían contestar de una manera simple.

Durante unos segundos hubo silencio. Años después, la niñera dice haber notado que en ese momento don Raúl movía los labios diciendo algo como "Jesús, habla tú con Él, que yo no se que decirle".

Luego, el anciano de canas color nieve levantó la vista y, con su voz ronca (gastada por largos años de predicar en los campos y pueblos aledaños) le responde lo siguiente:

"Hubo una vez, en un saco de campo, un grupo de jóvenes semillas de mostaza que debatían sobre temas de la vida, hasta que parte del saco se rompió, y lograron divisar una planta de mostaza de 1.5 metros de alto. Asombradas, se preguntaron que tendrían que hacer para llegar a ser como ella, hasta que apareció una que decía venir de fuera del saco, que lo único que hizo fue tirarse a la tierra...... y morir.

A los meses después apareció una maravillosa planta de mostaza que dio mucho fruto. Contentas las semillas, se dispusieron a hacer lo mismo, pero la distancia entre el saco y la tierra era tan grande que muchas retrocedieron. Las pocas que continuaron se frenaron ante la idea de que debían morir, y solo 4 de las 250 decidieron dar su vida.

El resultado fue que solo 4 plantas nuevas de mostaza crecieron y dieron muchas semillas nuevas. Del resto de ellas, nadie sabe qué sucedió…”

El rostro de aquel niño reflejaba una profunda tristeza. Con lágrimas en los ojos y tiritón en sus labios, se arma de valor y pregunta -entonces… ¿me tengo que matar para ser como tú?

Su tierno abuelo no aguantó un par de carcajadas que, por cierto, desconcertaron al nieto. Luego le responde –No Samuel, no tienes que matarte. Solo tienes que hacer lo que esa semilla hizo.

- Pero abuelo… esa semilla se mató!!!

- Pero tú no eres una semilla.

- Sabes abuelito, no entiendo nada.

- Eso es porque todavía no tienes que entenderlo. Sal a jugar con tus amigos, lee la biblia antes de dormir y ora a Dios. Él te va a enseñar mucho mejor que yo.

Ya han pasado 25 años desde que mi abuelito falleciera, y esa plática jamás la olvidé. Me ha sostenido por todos estos años que llevo de misionero en Uruguay, trabajando con los estudiantes universitarios, sin esposa ni trabajo fijo.... solo con los rostros de aquellos jóvenes transformados por Dios.... y una foto de la planta de mostaza como portada de mi biblia."

DTB!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!