Si, en más de una forma, definitívamente creo que soy un barsa. ¿Por qué? Dios me dejó en claro, temprano en mi vida cristiana, que parte de mi vida debía enfocarla en la enseñanza. Me lo dijo directamente, que tengo que enseñar acerca de la fe cristiana.
Primero: Gracia del Señor (bien!)
Segundo: Conocimientos de la Biblia (estamos en eso!)
Tercero: Consecuencia entre lo enseñado y lo practicado (...ouch!!!)
Revolviendo mi “cajón cristiano” (xD) encontré el primer mensaje que entregué en una reunión de jóvenes en la iglesia, fue el 2005. Y mientras leía los principios que “enseñé” ese día, me preguntaba en qué momento se me olvidaron…
…barsa!!!! Muchas veces he hablado de cosas que no vivo, de principios que no practico, de verdades que no reflexiono. Y duele darse cuenta de eso, porque uno cree que está haciendo las cosas bien…
Tomé una decisión: no volveré a hablar de algo que no practico o que no he vivido en algún momento. No más “teoría de la Fe cristiana”, bienvenida “vida de Fe en Cristo”.
“Señor, nos arrepentimos de haber sido inconsecuentes en más de una oportunidad. Perdónanos, y haz que tu vida brille a través nuestro, para que nuestras palabras solo vengan a confirmar el mensaje que con nuestras acciones ya hemos predicado.”