viernes, octubre 15, 2010

Delgada Línea

Somos lo que hacemos. La gente no ve lo que pensamos, no ve lo que sentimos, ve lo que hacemos. La historia no se escribe con buenas intenciones, se escribe con hechos.

Probablemente estos pensamientos son los que el tentador quiso poner en la mente de Jesús al decirle “si eres hijo de Dios, dile a estas piedras que se conviertan en pan”. Cómo iba a creer ser hijo de Dios si no podía hacer algo que el hijo de Dios haría.

Pero Jesús no fundamentó su identidad en sus acciones, sino que sus acciones tenían fundamento en su identidad. Entonces, ¿en base a qué construyó Jesús su identidad? En base a 30 años de tranquila búsqueda de Dios, lectura de los escritos sagrados, y en especial de aquella voz que días atrás había escuchado desde el cielo, diciendo “Este es mi HIJO AMADO, con quién estoy muy contento”.

Luego, si por algo estaba seguro de que era hijo de Dios, era porque EL PADRE SE LO HABÍA DICHO. Y tú, ¿por qué eres hijo de Dios? ¿Qué te hace estar tan seguro de que eres hijo de Dios?

Hay una delgada línea que separa lo que somos de lo que hacemos. NO SOMOS LO QUE HACEMOS, SOMOS QUIEN EL PADRE DICE QUE SOMOS.

Y no importa si te has caído, si estas en un pozo profundo, hundido en dolores o pecados o adicciones. Desde más abajo me sacó Dios, para decirte hoy que no debes creerle al diablo lo que dice de ti. Si te equivocaste, levántate. Si te caíste, párate, porque somos seres humanos falibles, pero contamos con un Dios que no se va a detener hasta que comprendamos que Su amor va más allá de lo que podemos entender, y que nos ama sin importar nuestra condición, y que recibiendo ese amor es la única manera de realmente salir adelante.

Y el tentador pregunta: “¿Si eres hijo de Dios, por qué estás así, o por qué haces esto o aquello?”

¿qué responderás?

“Si, a veces me equivoco. Pero ninguno de mis pecados me puede apartar del amor de Dios, y sé que Él me está cambiando, y me sacará adelante. Hoy decido creer que SOY HIJO DE DIOS por el amor que Él me tiene, no por mi condición actual o futura. Y hoy decido confiar en ese amor...”

jueves, octubre 07, 2010

Carácter y Devocional

Que maravilloso acercarse a Dios cada mañana, ¿verdad?... y que difícil!!! No se ustedes, pero suelo andar atrasado por las mañanas (pura falta de disciplina), y es raro el día en que logro funcionar bien desde temprano. Y donde más duro me pega mi irresponsabilidad es en el devocional personal. Lo persigo con todo mi ser, pero ¿qué hacer cuando ya estas atrasado para salir?

He tratado con la “oración intensa y profunda de 5 minutos”, y no da resultado… no soy el mismo. Pareciera que son muy marcados los días en los que si hice un devocional, mi genio está más controlado, ando más centrado, y hasta me concentro más en mi tesis! Pregúntenle a la Michy, es una realidad que hay días en los que simplemente ando mal genio, y la verdad es que el 75% de las veces es por no hacer mi devocional personal con Dios, por no dejar tiempo para estar a solas con Él.

Otro hecho es que lo estoy logrando, y más que antes. No han sido cambios drásticos, sino pequeños y sostenidos, con altibajos pero progresando… y me doy cuenta de la diferencia altiro!!! Quizás la gente que me rodea no lo ve, porque la obra del Espíritu Santo y el moldeo del carácter son a largo plazo, pero desde que volví a restaurar un devocional personal “como la gente” me cuesta mucho más tomar malas decisiones, o ser irresponsable.

¿Y el avivamiento cuando?

Buena pregunta… vamos paso a paso, y este es el que me toca dar ahora.

¡Que la paz de Dios guarde sus corazones y los defienda del afán, porque ustedes le pertenecen a Jesús!